el alma, entra atraves de mi espejo....
ESTE PRECIOSO POEMA ME LO HA DEDICADO LUNA NEGRA GRACIAS PRECIOSA DE TODO CORAZON .....MARIA DE UNA GAVIOTA A OTRA GAVIOTA...
Vuela alto gaviota, sigue tu rumbo, no pierdas la pista del océano, porque el te da vida y también te da libertad. Vuela alto vuela, haz lo sin parar, aunque tus alas se agoten descansa y vuelve a volar, porque sino tus alas, las van a cortar. Vuela, o perderás por siempre tu libertad, no escuches a nadie y sigue sin mirar, lo que vas dejando atrás... Gaviota solitaria Esta entrada se la dedico a una nueva amiga Gaviota, este texto lo escribí yo cuando era gaviota en mi blog, ahora sigo pensado igual POEMA
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LA LUZ DEL ALMA....
gracias mi gatita coqueta por tu bella amistad ........maria
viernes, 27 de mayo de 2011
La ardilla Nogalina....
ESTE es un cuento acerca de una cola; una cola que pertenecia a una ardillita roja que se llamaba Nogalina.
Tenia un hermano llamado Comebayas y un monton de primos; vivian todos en un bosque junto al lago.
EN medio del lago hay una isla cubierta por arboles y arbustos;
y entre estos arboles se encuentra un gran roble que es la casa de un anciano buho llamado Viejo Pardo.
UN otoño, cuando las nueces ya estaban rancias y las hojas de los avellanos se volvian doradas, Nogalina, Comebayas y las demas ardillitas salieron del bosque y bajaron a la orilla del lago.
HICIERON balsitas con sus ramas y remaron atraves del lago hasta la isla del Buho para recoger nueces.
Cada ardilla llevaba un saco pequeño y un remo grande; y extendian sus colas para que les sirviesen de vela.
TAMBIEN llevaban con ellas tres ratones gordos de regalo para Viejo Pardo, que colocaron ante el umbral de la puerta.
Luego Comebayas y las demas ardillas hicieron una gran reverencia y dijeron muy educadas:
Señor Viejo Pardo ¿ tendria usted la amabilidad de darnos permiso para recoger nueces en su isla?
PERO los modales de Nogalina eran un poco inpertinentes. Se puso a bailotear arriba y abajo como una cereza cantando:
¡ Adivina a divinanza,
un hombrecillo con roja casaca!
Un palo en la mano
un apiedra en la garganta;
si lo adivinas te bailo una danza.
Hoy en dia esta adivinamza es tan vieja que las montañas;
Viejo Pardo no le hizo ni caso a Nogalina.
Cerro obstinado los ojos y se durmio.
LAS ardillitas llenaron de nueces sus sacos y volvieron navegando a casa`por la tarde.
PERO a la mañana siguiente volvieron todas a la isla del Buho.
Comebayas y las demas llevaron un topo gordo y lo dejaron ante la puerta del Viejo Pardo diciendo:
Señor Pardo, ¿ tendria usted la amabiludad de darnos permiso para recoger algunas nueces mas?
PERO Nogalina, que no tenia respeto por nadie empezo a bailar arriba y abajo, haciendo cosquillas al señor Pardo con una ortiga y cantando:
¿ Quien lo adivinara?
en el muro picara,
fuera del muro picara;
si tocas a mi amiguita,
te mordera.
El señor Pardo se desperto de repente y metio al topo dentro de su casa.
LE cerro a Nogalina l apuerta en las narices.
Un hilillo d ehumo azul de un fuego de leña salio por la chimenea del arbol, y Nogalina se puso a mirar por el ojo de la cerradura, cantando:
¡Alto, alto como un pino y pesa menos que un comino!
LAS ardillas estubieron buscando nueces por toda la isla y llenaron sus saquitos.
Pero Nogalina no cogio mas que bellotas amarillas y escarlatas y se puso a jugar con ellas a las canicas encima de un tocon de haya,
mirando hacia la puerta del señor Pardo.
AL tercer dia las ardillas se levantaron muy temprano y se fueron a pescar; cogieron varias truchas gordas de regalo para el señor Pardo.
Remaron por el lago y ataron sus balsas bajo un castaño retorcido en la isla del Buho.
COMEBAYAS y otras seis ardillitas llevaban una trucha gorda cada una, pero Nogalina, que era una maleducada no llevaba ningun regalo.
Corria delante de las demas cantando:
" El hombre del bosque me dijo:
¿ crecen fresas en el mar?
A lo que yo conteste:
Tantas como arenques en este lugar"
Pero el señor Pardo no le interesaban las adivinanzas, ni aunque le diesen la respuesta.
EL CUARTO dia las ardillas llevaron de regalo seis rollizos escarabajos, que el señor Pardo le gustaban tanto como si fuesen ciruelas en un pastel de ciruelas.
Cada escarabajo iba cuidadosamente envuelto en una hoja de acedera, atada con una aguja de pino.
Pero Nogalina canto, tan grosera como siempre:
¡SEÑOR P,. adivine!
Harina inglesa, fruta de España;
se mecclan juntas con una caña;
se cuecen en un hornillo;
! si lo adivina, le doy un anillo¡
Lo cual era ridiculo, pue sNogalina no habia llevado ningun anillo para regalarselo a Viejo Pardo.
LAS ardillas revolvieron los arbustos en busca de nueces.
Pero Nogalina estuvo sacando bolitas de un escaramujo y clavandolas agujas de pino...continuara
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Vaya, que intriga
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